El Movimiento al Socialismo, en estas últimas dos décadas, ha profundizado rasgos propios del autoritarismo en sus más variadas formas. Esta afirmación tiene más verdad cuando contrastamos tal afirmación con los elementos de la democracia.
Un simple y burdo montaje
Lo sucedido el pasado 26 de junio de 2024 en Bolivia, puede catalogarse como una puesta en escena de un espectáculo de variedades en la historia contemporánea, que como un huracán removió inclusive a las élites mundiales en favor de la así llamada “democracia” boliviana. La escenificación - que bien podría ser acreedora de un Oscar o un Globo de Oro, como muy acertadamente han apuntado algunos “memes” en las redes sociales - refleja la actitud pueril y cantinflesca del Gobierno boliviano.
Artículos y Opinión27 de junio de 2024Mauricio Ochoa UriosteEn primer lugar, y para que la opinión pública mundial lo sepa bien, la casa presidencial ya no queda ubicada más en la Plaza Murillo ni en el Palacio Quemado. Las imágenes mostradas por diferentes medios de comunicación internacionales, como las tanquetas que destruyen la puerta de la otrora casa presidencial, no constituyen prueba de actos de violencia contra personas, ni mucho menos un golpe o autogolpe de Estado. De hecho, no hubo una sola autoridad de gobierno lesionada, arrestada, ni tampoco una orden expresa de Juan José Zúñiga en el sentido de deponer al gobierno de Luis Arce Catacora. Un anciano dijo con mucho acierto que era la primera vez en su vida que veía un “golpe de Estado” con petardos.
Y es que la opereta de tan mal calado, tiene su punto de vigor el día en que se celebró una reunión en la OEA. Ambos supuestos bandos en conflicto, esto es, el representado por Luis Arce Catacora, y por otra parte Evo Morales, se vistieron de gala por separado para realizar sus pantomimas acudiendo a “desesperados” gritos en favor del sostenimiento del “Estado de Derecho” en el país. Tragicomedia, sin más. El general Zúñiga, antes de ser puesto como Barrabás, terminó confesando que la idea que se coció entre bambalinas era levantar la “popularidad” de Arce Catacora.
Tan malogrados estamos, que muchos jefes de la así llamada oposición boliviana, cayeron en la trampa, o actuaron con interés manifiesto en favor del gobierno de turno. La historia se encargará también de juzgarlos por ser parte del show grotesco.
Por el momento, todavía muchos titulares del mundo hablan del “fracaso” de una intentona golpista. Una intentona golpista, que no acierta ni siquiera con el travesaño. O para decirlo en términos más coloquiales, una patada a las nubes, sin más.
La sede de gobierno, a principios de 2024, mostró la incapacidad de las autoridades en gestión de riesgos. Prueba de ello es que la gestión de Iván Arias apenas gastó el 4,6% (261,0 millones de Bs.) del presupuesto entre los años 2021 y 2023; las gestiones de Luis Revilla, en cambio, gastaron el 7,9% (635,6 millones de Bs.) y el 5,1% (612,7 millones de Bs.), mostrando de manera clara que es fundamental el gasto en gestión de riesgos.
Bolivia entra al Mercosur en un contexto de conflicto diplomático
Esta semana se promulgó la Ley de Ratificación del Protocolo de Adhesión del Estado Plurinacional de Bolivia al Mercosur, el más importante proceso de integración de América del Sur. El trámite seguirá los pasos establecidos en el Tratado de Asunción de 1991 y esta próxima semana se hará el depósito de la ratificación en la secretaría del bloque, con sede en Asunción, Paraguay.
Si la primera víctima de la guerra es la verdad, la segunda es la complejidad, añade el investigador sueco y activista por la paz Jan Oberg en una entrevista donde analiza los recientes acontecimientos en Europa y Gaza.
En algún momento, los habitantes de La Paz cedieron su espacio vital a una larga lista de grupos corporativos, sindicatos, autoridades, policías y militares. Pocas ciudades enfrentan tantos tormentos cotidianos, la mayoría de los cuales son evitables. Hace una semana, los extraños movimientos de vehículos militares y de uniformados en la principal plaza subieron la tensión ciudadana al borde de un ataque de nervios.
Bolivia se ha caracterizado a lo largo de su historia por los golpes de Estado, a tal extremo que es difícil contabilizarlos, pero se estima que fueron alrededor de un centenar. En los albores de la república, desde el motín contra el Mariscal Sucre, empezaron los golpes y no se han detenido hasta la semana pasada, en esa graciosa algazara que comenzó preocupando a la gente y concluyó divirtiéndola en la puerta del palacio de gobierno en medio de curiosos y de vendedores de dulces y helados.
A finales del 2023 publiqué un libro que titulé La decadencia. Apuntes sobre una izquierda extraviada (Editorial 3600). En aquel documento recogía mis impresiones expresadas en columnas de opinión en los últimos dos años. En la introducción escribía:
La razón de Estado o la verdad en el "Caso 26 de Junio"
Los hechos acontecidos el 26 de junio de 2024, lamentablemente, queramos o no, lejos están de ser investigados con meridiana imparcialidad por el órgano judicial, habida cuenta - valga la redundancia - de una falta de praxis ajustada a derecho del sistema penal boliviano que es de conocimiento público.
Analistas consideran que el alzamiento reflejó la fragilidad de la democracia boliviana y ahondó la polarización
A una semana del alzamiento militar que tomó la plaza Murillo, analistas consideran que lo ocurrido no trajo cambios estructurales, pero sí profundizó una división en la sociedad y reflejó la fragilidad democrática del país.