El Movimiento al Socialismo, en estas últimas dos décadas, ha profundizado rasgos propios del autoritarismo en sus más variadas formas. Esta afirmación tiene más verdad cuando contrastamos tal afirmación con los elementos de la democracia.
Analistas consideran que el alzamiento reflejó la fragilidad de la democracia boliviana y ahondó la polarización
A una semana del alzamiento militar que tomó la plaza Murillo, analistas consideran que lo ocurrido no trajo cambios estructurales, pero sí profundizó una división en la sociedad y reflejó la fragilidad democrática del país.
Artículos y Opinión03 de julio de 2024 Brújula DigitalLos politólogos Marcelo Silva y Paúl Coca reflexionaron sobre el alzamiento liderado por el general Juan José Zúñiga, ahora excomandante del Ejército.
Silva calificó a lo ocurrido como “mucho ruido y pocas nueces”, ya que no hubo ningún cambio estructural y las repercusiones solo fueron superficiales. Sin embargo, indica que se mostró la fragilidad de la democracia boliviana.
“Hay dos maneras de evaluar los hechos. Una de impacto informativo (…) muy inmediato. Ha dado mucho que hablar a todos los actores políticos, a los medios de comunicación y a los sectores de análisis. Pero, en el fondo, y esa es la otra visión, en una visión estructural, en una mirada estructural, el efecto ha sido ninguno (…) Ha habido muchísimo ruido, pero muy pocas nueces”.
Considera que el Gobierno sigue con los mismos problemas que existían antes del alzamiento del miércoles 26 de junio, tanto en lo económico como en lo político y que debe resolver.
“Pero en el ámbito estructural, los problemas de Bolivia siguen siendo los mismos, siguen siendo los problemas del país, los mismos. Fundamentalmente, los problemas del Gobierno siguen siendo los mismos”.
Respecto a lo político, Silva puntualizó que el MAS arcista sigue con minoría en la Asamblea Legislativa y revertir esta situación “está cada vez más lejos”.
Fragilidad democrática y divisón
Ambos coinciden en que la toma militar ahondó el deterioro de la institucionalidad y mostró la extrema fragilidad de la democracia boliviana.
Coca considera que existe una coincidencia en que la institucionalidad pública “está por los suelos”, que el espíritu democrático es fuerte, pero “que la democracia en Bolivia no está consolidada”.
Agreha que los hechos del miércoles pasado ahondaron la brecha entre los bolivianos.
Si fue un golpe de Estado o un autogolpe para Silva da “exactamente lo mismo”, ya que cualquiera de las dos posibilidades reflejan la debilidad democrática.
En un país con una democracia sólida “nadie tendría la osadía” de impulsar un golpe de Estado. A la vez que ningún gobierno con un régimen democrático fuerte se atrevería a autogolpearse.
Coca considera que esa discusión es la que ha profundizado la polarización entre los bolivianos.
“La ciudadanía está demasiado dividida, porque obviamente hay personas que creen que ha sido un golpe de Estado y otras que establecen que ha sido una figura de autogolpe (…) Ya hay una polarización mayor a la ya existente. Entonces, es una situación importante. No hay una suerte de una posición unánime en la población. Eso no existe”.
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La sede de gobierno, a principios de 2024, mostró la incapacidad de las autoridades en gestión de riesgos. Prueba de ello es que la gestión de Iván Arias apenas gastó el 4,6% (261,0 millones de Bs.) del presupuesto entre los años 2021 y 2023; las gestiones de Luis Revilla, en cambio, gastaron el 7,9% (635,6 millones de Bs.) y el 5,1% (612,7 millones de Bs.), mostrando de manera clara que es fundamental el gasto en gestión de riesgos.
Bolivia entra al Mercosur en un contexto de conflicto diplomático
Esta semana se promulgó la Ley de Ratificación del Protocolo de Adhesión del Estado Plurinacional de Bolivia al Mercosur, el más importante proceso de integración de América del Sur. El trámite seguirá los pasos establecidos en el Tratado de Asunción de 1991 y esta próxima semana se hará el depósito de la ratificación en la secretaría del bloque, con sede en Asunción, Paraguay.
Si la primera víctima de la guerra es la verdad, la segunda es la complejidad, añade el investigador sueco y activista por la paz Jan Oberg en una entrevista donde analiza los recientes acontecimientos en Europa y Gaza.
En algún momento, los habitantes de La Paz cedieron su espacio vital a una larga lista de grupos corporativos, sindicatos, autoridades, policías y militares. Pocas ciudades enfrentan tantos tormentos cotidianos, la mayoría de los cuales son evitables. Hace una semana, los extraños movimientos de vehículos militares y de uniformados en la principal plaza subieron la tensión ciudadana al borde de un ataque de nervios.
Bolivia se ha caracterizado a lo largo de su historia por los golpes de Estado, a tal extremo que es difícil contabilizarlos, pero se estima que fueron alrededor de un centenar. En los albores de la república, desde el motín contra el Mariscal Sucre, empezaron los golpes y no se han detenido hasta la semana pasada, en esa graciosa algazara que comenzó preocupando a la gente y concluyó divirtiéndola en la puerta del palacio de gobierno en medio de curiosos y de vendedores de dulces y helados.
A finales del 2023 publiqué un libro que titulé La decadencia. Apuntes sobre una izquierda extraviada (Editorial 3600). En aquel documento recogía mis impresiones expresadas en columnas de opinión en los últimos dos años. En la introducción escribía:
La razón de Estado o la verdad en el "Caso 26 de Junio"
Los hechos acontecidos el 26 de junio de 2024, lamentablemente, queramos o no, lejos están de ser investigados con meridiana imparcialidad por el órgano judicial, habida cuenta - valga la redundancia - de una falta de praxis ajustada a derecho del sistema penal boliviano que es de conocimiento público.
El gran mercado desaprovechado de los Estados Unidos de América
Hace poco más de diez años escribí, desde lo más profundo de mi corazón, una columna titulada “La amenaza verdadera”, basada en el Foro “Claves para una Economía Innovadora, próspera e inclusiva” al que gentilmente fui invitado por CAINCO (29/AGO/2013); me referí a la Conferencia “Innovación para el desarrollo – Políticas públicas exitosas para países emergentes” ofrecida por el Dr. Juan Enríquez Cabot, de la Universidad de Harvard, científico y asesor de varios gobiernos, co-fundador de Synthetic Genomics, y a su gran sentencia: “La competencia para nuestros países no será Estados Unidos”.