La sede de gobierno, a principios de 2024, mostró la incapacidad de las autoridades en gestión de riesgos. Prueba de ello es que la gestión de Iván Arias apenas gastó el 4,6% (261,0 millones de Bs.) del presupuesto entre los años 2021 y 2023; las gestiones de Luis Revilla, en cambio, gastaron el 7,9% (635,6 millones de Bs.) y el 5,1% (612,7 millones de Bs.), mostrando de manera clara que es fundamental el gasto en gestión de riesgos.
Bolivia en los años de oscuridad
El Movimiento al Socialismo, en estas últimas dos décadas, ha profundizado rasgos propios del autoritarismo en sus más variadas formas. Esta afirmación tiene más verdad cuando contrastamos tal afirmación con los elementos de la democracia.
Artículos y Opinión17 de noviembre de 2024Mauricio Ochoa UriosteLa participación ciudadana en la toma de decisiones es prácticamente nula; el régimen ha diezmado mediante entes paralelos la libertad de expresión, de asociación y de prensa, así como la igualdad ante la ley; la ley es un “canto etéreo de jíbaros y gitanos”, por lo tanto, la inseguridad jurídica y la falta de Estado de Derecho son el pan de cada día; no se reconoce ni respeta los derechos humanos, ni la diversidad de ideas, partidos políticos y posturas ideológicas; los gobernantes están exentos de rendir cuentas de sus actos y decisiones ante la ciudadanía y las instituciones; se impide la creación de organizaciones, movimientos y asociaciones que representen los intereses de diversos sectores de la sociedad; y finalmente, no se promueve la educación en valores cívicos y democráticos.
Pero Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz, dijo que "el arma más poderosa contra la tiranía es la verdad”. Los bolivianos conocemos a fondo el declive y la desaparición de la democracia orquestado en los últimos veinte años, y por ello es preciso más que nunca antes, promover la información veraz, fortalecer la sociedad civil, presionar internacionalmente un cambio de timón, participar políticamente, cultivar la unidad, documentar y reservar pruebas de los abusos contra los derechos humanos, y apoyar a las víctimas del régimen.
Por otro lado, las elecciones judiciales, la auto-prórroga de miembros del TCP, y otras cuestiones coyunturales, no debe hacer perder de vista los asuntos de fondo antes enunciados. Prima la tarea de trabajar coordinadamente para recuperar la democracia, el Estado de Derecho, y el respeto de los derechos humanos. En este punto, los intelectuales tienen una labor triple, a saber: informar las verdades incómodas, promover la unidad en la diversidad de la oposición política, realizar y difundir internacionalmente investigaciones serias sobre el fenómeno social y político boliviano.
En un anterior artículo afirmé que la situación política y social ha llegado a tal nivel de deformación por los entes gubernamentales y los miembros del partido oficialista, que sólo podríamos equiparar este momento de sombra, con los oscuros años de la última dictadura militar de Luis García Meza. La oscuridad es de tal calado que no hace falta ser demasiado entendido en ciencias políticas y sociales, para darse cuenta que nuestra lucha debe ser la de los hombres y las mujeres que tienen hambre y sed de justicia.
Bolivia entra al Mercosur en un contexto de conflicto diplomático
Esta semana se promulgó la Ley de Ratificación del Protocolo de Adhesión del Estado Plurinacional de Bolivia al Mercosur, el más importante proceso de integración de América del Sur. El trámite seguirá los pasos establecidos en el Tratado de Asunción de 1991 y esta próxima semana se hará el depósito de la ratificación en la secretaría del bloque, con sede en Asunción, Paraguay.
Si la primera víctima de la guerra es la verdad, la segunda es la complejidad, añade el investigador sueco y activista por la paz Jan Oberg en una entrevista donde analiza los recientes acontecimientos en Europa y Gaza.
En algún momento, los habitantes de La Paz cedieron su espacio vital a una larga lista de grupos corporativos, sindicatos, autoridades, policías y militares. Pocas ciudades enfrentan tantos tormentos cotidianos, la mayoría de los cuales son evitables. Hace una semana, los extraños movimientos de vehículos militares y de uniformados en la principal plaza subieron la tensión ciudadana al borde de un ataque de nervios.
Bolivia se ha caracterizado a lo largo de su historia por los golpes de Estado, a tal extremo que es difícil contabilizarlos, pero se estima que fueron alrededor de un centenar. En los albores de la república, desde el motín contra el Mariscal Sucre, empezaron los golpes y no se han detenido hasta la semana pasada, en esa graciosa algazara que comenzó preocupando a la gente y concluyó divirtiéndola en la puerta del palacio de gobierno en medio de curiosos y de vendedores de dulces y helados.
A finales del 2023 publiqué un libro que titulé La decadencia. Apuntes sobre una izquierda extraviada (Editorial 3600). En aquel documento recogía mis impresiones expresadas en columnas de opinión en los últimos dos años. En la introducción escribía:
La razón de Estado o la verdad en el "Caso 26 de Junio"
Los hechos acontecidos el 26 de junio de 2024, lamentablemente, queramos o no, lejos están de ser investigados con meridiana imparcialidad por el órgano judicial, habida cuenta - valga la redundancia - de una falta de praxis ajustada a derecho del sistema penal boliviano que es de conocimiento público.
Analistas consideran que el alzamiento reflejó la fragilidad de la democracia boliviana y ahondó la polarización
A una semana del alzamiento militar que tomó la plaza Murillo, analistas consideran que lo ocurrido no trajo cambios estructurales, pero sí profundizó una división en la sociedad y reflejó la fragilidad democrática del país.
El gran mercado desaprovechado de los Estados Unidos de América
Hace poco más de diez años escribí, desde lo más profundo de mi corazón, una columna titulada “La amenaza verdadera”, basada en el Foro “Claves para una Economía Innovadora, próspera e inclusiva” al que gentilmente fui invitado por CAINCO (29/AGO/2013); me referí a la Conferencia “Innovación para el desarrollo – Políticas públicas exitosas para países emergentes” ofrecida por el Dr. Juan Enríquez Cabot, de la Universidad de Harvard, científico y asesor de varios gobiernos, co-fundador de Synthetic Genomics, y a su gran sentencia: “La competencia para nuestros países no será Estados Unidos”.