Al fin, el apoyo del Fulham tuvo un empate de copa. Durante mucho tiempo, parecía que su gran noche sería un fracaso. Liverpool anotó temprano a través de Luis Díaz y no fue un momento que el portero del Fulham, Bernd Leno, disfrutará viendo de nuevo.
Deportes24 de enero de 2024
Redacción
El Fulham necesitaba dos goles para llevar esta semifinal de la Carabao Cup a tiempo extra, y era el Liverpool, luchando por seguir vivo en cuatro frentes, quien mostraba seguridad. Decía mucho que cuando el creador de juego del Fulham, Andreas Pereira, perdió un pase al minuto 66, hubo abucheos de la multitud.
Los fanáticos que habían venido a presenciar una rara semifinal para su equipo, apenas la octava en sus 145 años de historia, querían ver algo, cualquier cosa, que les diera esperanza. Ahora llegó. Faltaban 76 minutos en el reloj cuando el sustituto, Harry Wilson, engañó a Conor Bradley para centrar y, después de una ligera desviación, estaba Issa Diop, guiando la pelota a casa con el muslo.
Fulham 1-1 Liverpool (2-3 en el global): Semifinal de la Carabao Cup - según ocurrió Lee más Cue la locura, que casi se salió de control momentos después cuando Wilson avanzó para disparar, la pelota casi escapándose de las manos de Caoimhin Kelleher e ingresando. "Levántate si aún crees", rugieron las hordas blancas y negras, como lo habían hecho aquí, famosamente, durante su anterior semifinal de la Europa League contra Hamburgo en la temporada 2009-10.
Esa noche, su equipo logró una victoria histórica. Esta vez, les resultaría imposible, el ruido al final provenía de la grada visitante. Liverpool avanza, y nadie podría decir que no merecían hacerlo. Para el Fulham, hubo desolación. El zumbido era palpable, el potencial para una noche inolvidable estaba claro; al menos, esa era la esperanza previa al partido. El Fulham no juega este tipo de partidos con regularidad y el anunciador del estadio había estado ansioso por resaltar la magnitud de ello; recordarles a los fanáticos locales también sus responsabilidades.
La idea de Jürgen Klopp era ajustar el motor y mantener al Liverpool rugiendo. Ningún entrenador de la Premier League ha rotado más que él esta temporada y el titular era la elección de Jarell Quansah en lugar de Ibrahima Konaté en la defensa central. También comenzaron Kelleher, Ryan Gravenberch y Cody Gakpo.
Los seguidores del Fulham agitaron sus banderas blanco y negro cuando los jugadores salieron para el inicio, también hubo fuegos artificiales. "Atrévete a soñar" decía una pancarta en el Hammersmith End. Todo eso hizo que el gol temprano de Díaz fuera un matador de pasiones.
El Fulham había titubeado en los primeros intercambios, especialmente cuando João Palhinha llegó al punto penal para recibir un córner de Andreas Pereira. Palhinha estaba desmarcado y tenía mucho tiempo para leer el centro rasante. Levantó el disparo alto y, mientras Marco Silva se llevaba las manos a la cabeza, surgió la idea de que el Fulham podría lamentar desaprovechar tal oportunidad, aunque no fuera una ocasión clara.
Quansah desempeñó un papel importante en el gol que vio al Liverpool poner el partido en un control férreo, dando forma a un largo diagonal de campo derecho a izquierdo; el tipo de pase que el equipo de Klopp busca habitualmente, cómo se ponen en marcha.
Díaz subió con Timothy Castagne y ganó el duelo demasiado fácilmente, recogiendo el balón en el pecho y avanzando. Cuando Tosin Adarabioyo y Palhinha convergieron, Díaz disparó y lo que sucedió a continuación fue difícil de descifrar. Basta decir que la pelota se desvió para desconcertar a Bernd Leno en su palo cercano. El portero golpeó el suelo frustrado. Fue horrible conceder ese gol.
La multitud local estaba desesperada por algo en lo que apoyarse. No hubo mucho en el resto de la primera mitad. Raúl Jiménez disparó bajo para el rincón lejano y Kelleher hizo una buena parada. Hubo muchos abucheos al árbitro, Simon Hooper, pero no es que se equivocara antes del descanso.
Liverpool estuvo imperturbable en posesión en la primera mitad. ¿Dónde estaba la presión del Fulham? Las camisetas rojas disfrutaron de las batallas físicas y podrían haber ampliado su ventaja. Darwin Núñez amenazó, hubo algunos momentos casi, pero no del todo. Harvey Elliott parecía disfrutar de los abucheos que le llegaron como exjugador del Fulham; exigía el balón e intentaba generar oportunidades. Leno, mientras tanto, estaba aliviado de ver la bandera de fuera de juego después de que golpeara un centro de Elliott en Gakpo y viera la pelota volar ligeramente desviada. Fue una llamada muy ajustada.
Silva estaba en una posición extremadamente difícil al inicio del segundo tiempo. Tenía que abrir mayores incursiones en el territorio del Liverpool y eso seguramente significaba comprometer a más hombres hacia adelante. Sin embargo, eso sería jugar con el desastre contra los contraataques sables de Liverpool. Díaz no es el tipo de jugador que deja mucho espacio libre frente a él. Tampoco lo es Núñez.
Díaz estuvo cerca en el contragolpe cuando el Fulham pensó que tenía una línea de vida. Adarabioyo alcanzó un centro de Willian antes que Kelleher para cabecear hacia el lado izquierdo del área de seis yardas. El ángulo era ajustado para Pereira y estrelló su disparo contra el exterior del poste.
/THE/GUARDIAN/
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