En una demostración de fuerza y talento, Chelsea ha dejado claro que están marchando hacia un futuro más brillante, al asegurar su lugar en la primera gran final de la era post-Abramovich. Con una victoria contundente de 6-2 en el agregado sobre Middlesbrough, el equipo londinense ha mostrado una impresionante progresión bajo el proyecto juvenil impulsado por sus propietarios, Todd Boehly y Clearlake Capital.
Deportes23 de enero de 2024
Redacción
En un partido que se inclinó decididamente a favor de Chelsea desde el inicio, Middlesbrough quedó superado por un vendaval de juego ofensivo. Cole Palmer, tras su llegada en verano procedente del Manchester City, ha sido una revelación, sumando 11 goles y destacando con una actuación imparable. Raheem Sterling desmanteló la defensa de Boro, y Ben Chilwell, en su primera titularidad desde su lesión en septiembre, fue excepcional. El entrenador Mauricio Pochettino, encargado de dar sentido al elevado gasto del nuevo liderazgo, pudo disfrutar de un partido con menor caos que lo habitual. Después de 18 meses de turbulencia, Chelsea parece estar recobrando su forma.
A pesar de este triunfo, es importante mantener la perspectiva. Chelsea ha tenido un camino favorable en el torneo, con partidos en casa ganables que les han preparado para una semifinal contra un equipo de segunda división. Pruebas más duras esperan, con un enfrentamiento en casa contra Aston Villa en la FA Cup y una visita a Liverpool en la liga.
Este fue el noveno partido en casa sin derrotas para Chelsea, que se mostró decidido a corregir su deslucida actuación en la ida. Pochettino, siempre atento desde su área técnica, encontró solo aspectos positivos en el juego. Hubo calma en lugar de inmadurez, precisión en vez de imprecisión, y las esperanzas de Boro de alcanzar la final se desvanecieron rápidamente.
La realidad del estatus de Boro, ubicado en el puesto 11 de la Championship y plagado de lesiones, contrastaba con la situación de Chelsea. La ausencia de Isaiah Jones, quien había atormentado a Chelsea en el partido anterior, se hizo sentir. Las tácticas de Pochettino abrumaron a Boro, con decisiones sorprendentes como la suplencia de Conor Gallagher. El juego de Chelsea se vio favorecido con Mykhailo Mudryk y Sterling en las bandas, Palmer detrás de Armando Broja y Enzo Fernández avanzando desde el mediocampo. Chilwell, en su primera titularidad como lateral izquierdo esta temporada, demostró su valía, sorprendiendo a muchos que lo vieron jugar como extremo al inicio de la campaña.
Con Chilwell llevando el brazalete de capitán, mostró su agudeza en los desafíos, casi abriendo el marcador. Boro no pudo responder, y los espacios en el mediocampo dejados por Jonny Howson al caer en una defensa de cinco fueron bien aprovechados por Chelsea. Después de 14 minutos, Chilwell ganó la posesión y asistió a Sterling, cuyo juego derivó en un autogol de Howson en su intento de desposeer a Broja. Chelsea pronto tomó la delantera en el global, con un gol de Fernández.
Boro, superado y eclipsado, cayó de nuevo cuando Disasi interceptó un pase y anotó tras una jugada inteligente entre Palmer y Sterling. El cuarto gol vino de Palmer, castigando otro error defensivo con un tiro bajo.
Chelsea redujo el ritmo en la segunda mitad, pero mantuvo su capacidad para elevar el nivel de juego. Gallagher, desde el banquillo, preparó a Palmer para su gol, y Madueke, sustituyendo a Mudryk, añadió el sexto. Chelsea ahora se enfrentará a Liverpool o Fulham en Wembley. Un excelente gol tardío de Rogers no empañó la celebración de Chelsea.
Con información de The Guardian.
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